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Muy buena academia, con cabida para gente de todos los niveles y todas las edades que tengan ganas de aprender haciendo un trabajo serio. La academia está bien equipada, con espacio bien distribuido, un ring, equipo diverso, duchas, etc. El instructor, Alfonso Durán, tiene un historial marcial muy bueno y reseñable. Además, su profesionalidad y calidad como docente es igual de alta; se implica mucho con sus alumnos y eso se nota. El ambiente de las clases es de gente seria, centrada y respetuosa, estupendo para que cada minuto de las clases cunda al cien por cien. Requiere una mención especial la atención que se le presta a la disciplina, lo hace ideal para que los más pequeños -y no tan pequeños- trabajen el carácter de forma sana. Todo esto se refleja en la afluencia y calidad de la gente que viene a entrenar aquí. Una academia muy recomendable en todos los sentidos. Si vives en el entorno de Valladolid y quieres trabajar alguna de las disciplinas que se imparten, es inexcusable no acercarse a ver una clase.